Géopolitique de la colère. De la globalisation heureuse au grand courroux (Le Cavalier Bleu, 2020), de Myriam Benraad, es un estudio sobre este pasión fundamental del ser humano, la cólera, que parece ser el motor del cambio social y político de hoy en día, el elemento primordial tras los movimientos geopolíticos y sociales planetarios.
Benraad es una politóloga francesa especialista en el Medio Oriente, actualmente profesora en la Universidad de Leiden, en los Países Bajos.
El libro está dividido en tres partes. En la primera, se analiza cómo la ira de la población contra el sistema político en general ha venido trabajando contra la globalización. La gente ha visto cómo lo global favorecía a unos pocos y olvidaba a la mayoría, de modo que se fue acumulando el resquemor y el resentimiento contra los movimientos globalistas. El aumento desmedido de las desigualdades en todo el planeta, lz sustitución de los Estados por las multinacionales, ha generado que el enfado personal, privado, individual de los ciudadanos, se haya convertido en un enfado colectivo, en una cólera social.
En la segunda parte, se examina cómo esta cólera colectiva ha estallado en diversos lugares del mundo, desde los movimientos del 15M en España o los chalecos amarillos en Francia, al resentimiento ruso tras los desprecios de Occidente hacia el país una vez que la Unión Soviética colapsó, pasando por la ira y el sentimiento de humillación existente en los países árabes, la reacción turca o el mismo repliegue hacia dentro promovido por Trump en Estados Unidos. En este contexto, son importantes también los estallidos de enfado dentro del movimiento feminista o dentro de los movimientos antirraciales. Con todo, esta ira colectiva acumulada lleva a todas las sociedades hacia la radicalización, hacia la llamada a romper con todo, a la brava, con opciones políticas extremas.
Así, en la tercera parte del libro Benraad analiza cómo esta radicalización lleva a los populismos que crecen tanto en todo el mundo. Lleva también, hacia el repliegue, a mirar hacia dentro, a buscar la vieja seguridad de la nación, de la tribu.
Quizá, las tesis del ensayo eran más sólidas en el 2020 cuando se publicó que hoy porque, leyendo a Benraad, daba la impresión que los conflictos inter-estados, clásicos, casi debían darse por extintos. La guerra en Ucrania, clásica, de bloques, de nación, de Primera Guerra Mundial, de intereses estratégicos nacionales y no individuales, ha barrido la importancia de la cólera social, las disidencias internas, la importancia de la globalización económica, climática o social. Volvemos a 1914 o a 1945 donde lo importante no era lo que sentían los ciudadanos sino los intereses nacionales.