16/5/25

No cuentes conmigo

 


Evitaba el libro. Una tontería, lo sabía, pero era como si aquel volumen le hubiese traicionado, herido en lo que más creía. Cierto, es una bobada convertir un objeto en fuente de sentimientos, pero no podía evitarlo.  

El libro sólo debía ocupar espacio. Esto es lo que hacen los objetos. Reclaman territorio en el mundo físico pero,  a veces, lo hacen en la consciencia. El delgado volumen permanecía allí, convertido en una afrenta rectangular sobre la estantería, junto a otros títulos que no hacían tales exigencias a Ferdinand. Una traición contenida en papel encuadernado y tinta.

Se negaba a mirarlo. Esta evasión había adquirido una estructura, un sistema. Ojos que se movían deliberadamente más allá del punto donde guardaba el ejemplar, giros inesperados antes de llegar al mueble, una foto justo delante. Una decisión breve pero consciente hacía que sus pupilas se desviaran, no de manera accidental sino voluntaria. Ese libro se había convertido en un impostor.

– Benedetti, mentiroso , susurró.

Hagamos un trato. Compañera, usted sabe que puede contar conmigo. 

Habían leído juntos ese poema, hacía muchos años, demasiados. Y es que el tiempo lo desgasta todo. Si el reloj es capaz de reducir el granito a fina arena, las montañas a desiertos y convertir los muertos en olvidos,  cómo iba a ser capaz de resistir los años un simple poema antiguo.  Una quimera. Los años son un éter que nos rodea y que lo erosiona todo. Nada puede evitar ese destino.

Aun así, Ferdinand hubiera soportado, incluso entendido, la herrumbre de los lustros, la decadencia de la existencia, el devastador influjo de la rutina y el agotamiento. Pero, en este caso, no era sólo eso, porque lo sucedido trascendía el orden que ellos dos habían creado. Era el derrumbe de lo que habían pensado juntos, lo que creía que habían sentido eterno, lo que les era importante. Lo que ella le había escrito era el torpedo que va a dar a la quilla de un acorazado anclado en Pearl Harbour.

No cuentes conmigo, le había dicho. Joder, ¿no podía haber elegido cualquier otra frase, cualquier otra excusa? No cuentes conmigo. Justo eso. 

Tomó el gabán, salió, cerró la puerta con llave y el mecanismo encajó con un clic terminal. Salió. No quería ver el librito cada vez que pasaba por el salón.

Quince años atrás, cuando todo empezaba, descubrieron una admiración compartida por Benedetti. El poeta se convirtió en moneda de cambio entre ellos. Se regalaron sus libros y, cuando se ponían melosos, llenaban los e-mails de versos. En aquellos días, uno de sus favoritos, un trend-topic en su relación, era el “Hagamos un trato”, precioso poema que se convirtió en confluencia recurrente cuando se sentían débiles. Por instinto, a su mente llegó la primera estrofa:

Compañera

usted sabe

que puede contar

conmigo

no hasta dos

o hasta diez

sino contar

conmigo

– Siempre podrás contar conmigo – le decía mientras daba vueltas a la cucharilla para azucarar el café sobre la mesa que compartían, en una cafetería que ya no existía, en una calle que renombraron no hace mucho tiempo, cuando cambio el gobierno municipal.

– Y tú, conmigo – contestaba ella, sin juguetear con la cuchara porque ella no le echaba azúcar.

Por entonces, cuando Benedetti se cruzaba en sus conversaciones, se referían a cosas importantes, a las tribulaciones de la vida, a las enfermedades, a los malos tragos en el trabajo, a los baches económicos, a las tristezas y a las caídas que todo ser tiene en la vida. Desde luego, no a menudencias como la que le roía la cabeza. Una insignificancia, lo sabía. Una obra de teatro. Y qué más daba eso, pensó. Benedetti no escribía sus versos para incidencias menores, sino para lo importante del mundo.

La había invitado a ir al estreno de “La calle esmeralda”, una obra de un escritor novel, un tal Giménez Arce, que ya había estrenado en Madrid y del que la crítica había escrito muy buenas reseñas. Con Lorena Blázquez, nada menos, en el papel protagonista. Una historia de amistad en una ciudad inhóspita.

En el inmenso catálogo de gestos humanos, la invitación representaba algo más allá de su aparente simplicidad. La obra escénica no era sino un decorado menor alrededor de la verdad central. Se trataba de ver la función, charlar antes, ponerse al día de sus vidas, cenar después, mirarla a los ojos, disfrutar de su sonrisa, de cómo se le movía el cabello, de acariciarla la mano, sentirse envidiado como un pavo real al tenerla a su lado, sentir el calor terminal de su piel contra sus dedos, robarle un beso en los labios y, apurando mucho, un “¿aún me quieres? “, “Sí”.  

Era consciente de que los whatsapps no dan para mucho. Entre que los dedos son demasiado grandes para los iconos de las teclas, que escribes mientras caminas para coger el metro, que da el resol en la pantalla, que llegan anuncios de Vodafone y que vas esquivando peatones, el mensaje es forzosamente breve. Imposible explicar en la dichosa pantallita del teléfono todo lo que significaba invitarla. No daba para decir que lo de menos era la función.

– El mes que viene estrenan esa obra de la que te hablé. ¿Te apetece que vayamos? Dime algo antes del jueves porque ya sabes que se acaban las entradas enseguida.

Le dio al “enviar” con ilusión. La respuesta se demoró días, con el tiempo expandiéndose como un gas para llenar el espacio disponible, hasta que el teléfono pitó al recibir un mensaje.

– Sobre el teatro, no cuentes conmigo. Igual me sale otro plan y no quiero comprometerme para luego no poder ir. Un beso.

Seguro que ella pensó que resultaba hasta cariñoso.

El poemita seguía llamando a su mente:

yo quisiera contar con usted

Es tan lindo saber que usted existe

Uno se siente vivo

Y cuando digo esto, quiero decir contar

Aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco

Pues, hay que fastidiarse, que va a ser contar hasta cero.

Sintió rabia, pero la contuvo lo mejor que pudo porque le pilló en el autobús, rodeando de extraños que nunca entenderían a Benedetti. 

Joder, ese no quiero comprometerme era siempre para con los otros, siempre asimétrico, nunca dirigido a Ferdinand. Igual que podía comprometerse – qué palabra más pomposa para algo tan banal – con otro y no con él, podía ser a la inversa, ¿no? ¿No era igual de cierto al revés? ¿No podría ella comprometerse con él y decirles a otros sobre un compromiso previo? 

Lo peor, sin embargo, no era eso. Lo peor, era el inicio del mensaje.

“No cuentes conmigo”. El dardo exacto para destrozar a Benedetti de un solo golpe, con una frase corta y certera, directa al corazón. Touché. Jaque mate. Vade retro, Satanás. 

"No cuentes conmigo." La frase se repetía en su consciencia a intervalos irregulares. Un fallo en su procesamiento mental. No cuentes conmigo. Juró no volver a leer a Benedetti. Un juramento privado, sin testigos.

Se sentó en el “Budapest” y pidió un cortado descafeinado con un pincho de tortilla. Con cebolla. Si ella le hubiera visto, se hubiese reído, le hubiera llamado moñas y hubiera hecho un mal chiste sobre la cebolla y el derramar lágrimas por pequeñeces.

– No cuentes conmigo – , la frasecita de las narices se le repetía en la mente a cada poco. No cuentes conmigo.

El café se enfriaba. La tortilla, también. Estaba en otro lugar, en el territorio de un poema traicionado. 

Afuera, la ciudad continuaba con sus cuitas incomprensibles. Los semáforos cambiaban en su secuencia predeterminada. Las personas cruzaban calles, entraban en edificios, emergían de nuevo. Unos se apresuraban, otros se demoraban, algunos hablaban por el móvil, otros pedían un taxi. La vasta maquinaria de la existencia urbana, ajena a la traición de Benedetti y es que la vida no está para tonterías. Ferdinand permanecía inmóvil en el centro de este movimiento perpetuo, un punto fijo rodeado de flujo. Un objeto en reposo. Un hombre contemplando una vida que se le antojaba gris porque no podía contar con ella.

No cuentes conmigo. Dicen que en español hay 100.000 palabras, con las que pueden hacerse billones de frases según las combines de una manera u otra. Y ella, de entre esos trillones, había tenido que elegir justo aquella.

El sol declinaba hacia el horizonte. La luz cambiaba su ángulo de incidencia. Las sombras se alargaban según principios mensurables. El día progresaba hacia su inevitable conclusión. 

Sorbió el café y tomó un trocito de la tortilla.

En su apartamento, mientras, el libro permanecía en su estantería, traicionado en su silenciosa presencia. El poema en su interior continuaba existiendo, sus palabras dispuestas precisamente como antes, inalteradas por la desilusión de Ferdinand, indiferentes a su decepción. 

¡Vaya con Benedetti! - pensó Ferdinand-. Resultó que el tipo no escribía poesía, sino ciencia ficción.



15/5/25

Poéticas magmáticas: Taller de literatura digital

 


En México, y durante este mes de mayo, los municipios de Celaya, Guanajuato y Salamanca serán escenario de talleres y presentaciones centradas en la literatura digital y la poesía expandida, dentro del ciclo titulado Poéticas magmáticas.

Esta iniciativa, impulsada por la Secretaría de Cultura del estado de Guanajuato como parte del Festival Enclave 2025, bajo la dirección de Rocío Cerón, propone un enfoque que enlaza la palabra con elementos visuales, sonoros y multimedia, explorando así el cruce entre escritura y tecnología contemporánea.

El programa contará con la participación del poeta y promotor cultural Carlos Ramírez Kobra, así como de Alejandra Olson y el poeta y traductor Luis Eduardo Padilla.

Celaya será la primera sede de estas actividades, comenzando el miércoles 21 de mayo con un taller de literatura digital que se impartirá a las 16:00 horas en la Sala Hermilo Novelo de la Casa de la Cultura.

Este taller, de dos horas de duración, está diseñado tanto para profesionales del mundo literario (poetas, editores, críticos, escritores) como para estudiantes de literatura y cualquier persona interesada en explorar nuevas herramientas y tendencias digitales aplicadas a la creación y difusión literaria. No se requiere experiencia previa, solo el deseo de experimentar con las posibilidades creativas del entorno digital.

La entrada es libre y limitada a 25 asistentes.

Para registrarse, puede usarse este enlace.


14/5/25

Ausencia

 




Habré de levantar la vasta vida 

que aún ahora es tu espejo: 

cada mañana habré de reconstruirla. 

Desde que te alejaste, 

cuántos lugares se han tornado vanos 

y sin sentido, iguales 

a luces en el día. 

Tardes que fueron nicho de tu imagen, 

músicas en que siempre me aguardabas, 

palabras de aquel tiempo, 

yo tendré que quebrarlas con mis manos. 

¿En qué hondonada esconderé mi alma 

para que no vea tu ausencia 

que como un sol terrible, sin ocaso, 

brilla definitiva y despiadada? 

Tu ausencia me rodea 

como la cuerda a la garganta, 

el mar al que se hunde.



Un poema de Jorge Luis Borges



12/5/25

¿Centros semánticos en los Modelos de Lenguaje?

 


Los grandes modelos de lenguaje (LLM) generan textos a un nivel muy convincente en cuanto a "compresión" del diálogo, interpretación de las frases y generación de texto correcto semántica y gramaticalmente en casi cualquier idioma.

Basados en redes neuronales del tipo "transformer", su uso, entrenamiento y funcionalidad son bien conocidos pero, sin embargo, no se comprende exactamente cómo funcionan internamente. Es decir, conocemos perfectamente la estructura de capas y nodos que componen la red, así como los algoritmos matemáticos que modifican y combinan los pesos de cada nodo (y pueden ser cientos de miles de millones), pero no llegamos a entender cómo se va conformando el uso de la información a través de las capas, al ser enorme la complejidad de la combinación de ecuaciones probabilísticas.

Un reciente estudio de investigadores chinos que trabajan para el MIT, han llegado a la conclusión de que el "razonamiento" de la red neuronal se asemeja a los centros semánticos del cerebro y que las entradas en un idioma determinado (por ejemplo, el chino) se equiparan semánticamente a la información en el idioma mayoritaria de los datos de entrenamiento de la red neuronal (por ejemplo, el inglés), realiza sus operaciones probabilísticas entre capas con tokens en el idioma de entrenamiento, y finalmente "traduce" el resultado al idioma de entrada.

Los neurocientíficos piensan que el cerebro humano tiene un "centro semántico" en el lóbulo temporal anterior que integra información semántica de diversos tipos desde los sensores sensoriales (imágenes, tacto, olor, oído...). Este agregador semántico compacta y ordena toda esta información según su significado semántico, convirtiéndola en único bloque uniforme y muy rico en información. Los investigadores del MIT descubrieron que los LLM utilizan un mecanismo similar al procesar de forma abstracta datos de diversas modalidades de una manera central y generalizada. Por ejemplo, un modelo que tiene el inglés como idioma dominante se basaría en el inglés como medio central para procesar entradas en chino, o generar un texto, o generar código informático, etc. Luego, el resultado obtenido "en la lengua materna" se traduce finalmente a la lengua de salida.  

El estudio sugiere, adicionalmente,  que se puede intervenir en el centro semántico de un modelo mediante el uso de texto en el idioma dominante del modelo para cambiar sus resultados, incluso cuando el modelo está procesando datos en otros idiomas.

El artículo científico completo puede leerse en este enlace.



10/5/25

VerseCrafter

 





VerseCrafter, de Greg Kerr, es una aplicación de generación de lenguaje especializada en crear poemas que está disponible en este enlace. En realidad, se conecta a ChatGPT.

Funciona, pues, con los pros y contras de los LMMs y que ya hemos ido analizando en entradas anteriores de este blog. Trabaja, como es normal en los modelos de lenguaje, es muchos idiomas. Para usarlo hay que crear un "prompt" que explique al programa qué tipo de poema se desea y sobre qué ha de versar.

Por ejemplo, estos que he usado para generar los ejemplos que se muestran más abajo:

  • genera un soneto en español sobre la dificultad de estar con la mujer amada
  • genera un poema con la estructura de la "décima", en españo, que narre cómo un nieto rejuvenece a un abuelo
  • generate a sonnet in the style of Shakespeare about the disasters of war
  • genera un texto de 20 líneas en prosa y en español sobre la urgencia con que las personas van por la calle sin apenas relacionarse con un final amargo.


Ausencia cercana

Difícil es tenerla y no tenerla,
mirar sus ojos, ver que no son míos,
sentir su voz fluir por mis ríos
y al mismo tiempo el alma se me hiela.

Camina junto a mí, pero tan fuera,
su risa no despeja mis vacíos.
Sus pasos van trazando desvaríos
en la senda en que el alma desespera.

La tengo, sí, y no. ¡Qué amarga suerte!
Su sombra yace al borde de mi calma,
presente está, mas lejos que la muerte.

Amarla así desgasta más el alma
que el filo de la ausencia o de la suerte,
pues es prisión sin muros… y sin palma.


(en este caso, VerseCrafter nos da una pequeña indicación del patrón que ha seguido: Este soneto se ciñe a la forma clásica: 14 versos endecasílabos, dos cuartetos y dos tercetos con rima consonante ABBA ABBA CDC DCD. La temática del amor inalcanzable, aunque próximo, es un motivo frecuente en la poesía amorosa del Siglo de Oro.)


La risa que lo despierta


El viejo en su silla yerto,

mirada fija en el muro,

pensar lento, andar oscuro,

los años le hicieron cierto

que el mundo se había ido.

Pero un niño con su canto

llegó riendo y sin espanto,

y el tiempo se vio vencido:

el abuelo alzó un suspiro

¡y el corazón se hizo abierto!


(e, igualmente, nos indica: La décima espinela es una forma poética de origen español, compuesta por diez versos octosílabos con un esquema de rima ABBAACCDDC. Es una estructura elegante y compleja, ideal para relatar emociones profundas y escenas vividas con intensidad. Aquí tienes una décima que narra, con ternura creciente, cómo un nieto logra rejuvenecer el alma del abuelo)


The Ruin of the Sword

Wcannons speak and reason's voice is hushed,

And crimson stains the bloom of morning's breath,

The world, once green, lies trampled, torn and crushed,

Its music turned to cries and moans of death.


The fields that whispered peace now roar with flame,

As brothers meet with steel in bitter hands;

The noble heart, once proud, reduced to shame,

Made stranger in its own forsaken lands.


O war, thou beast with ever-hungry eyes,

Thy banquet is the youth of every shore!

Though kings may praise thy banners as they rise,


Thy glory leaves the common soul most poor.

Yet still we march, deceived by trumpet's call—

And never count the cost until we fall.


Lógicamente, como se basa en ChatGPT también trabaja en prosa:

La gente camina apresurada por las calles, como si el tiempo fuera una bestia feroz que los persigue, y ellos, agotados, intentan escapar. Los pasos resuenan en el asfalto, pero no hay ecos de palabras, solo el murmullo monótono de la ciudad. Nadie se detiene a mirar al otro, a ofrecer una sonrisa, ni siquiera a chocar por accidente. Todos son sombras moviéndose en una coreografía de impaciencia. Las tiendas, llenas de productos brillantes, parecen callar al ver el vacío en los ojos de los transeúntes. Cada rostro refleja un mundo interior lleno de prisas, de metas que no se alcanzan, de futuros que se alejan. Los semáforos cambian, las bicicletas pasan zumbando, los coches tocan el claxon y la multitud sigue su marcha, cada uno ensimismado en su propio universo de preocupaciones. El sol se oculta sin ser notado, como una presencia que pasa desapercibida. Hay una niebla invisible entre las personas, una barrera que las separa, que las convierte en extraños. Y al final, cuando todos se han dispersado, la calle queda vacía, como un lugar que nunca fue hogar, como un eco lejano de lo que podría haber sido. El silencio es el único que queda, más pesado que cualquier ruido. Las prisas, las distancias y la falta de conexión se han llevado lo más simple: el poder de una mirada.









9/5/25

Sanctuary

 


En Sanctuary, un trabajo de Abby Grobbel, la contemplación del presente, el perdón y la memoria se entrelazan en un recorrido dividido en cuatro fases hacia el pasado. Más que revivir recuerdos, la obra los visualiza  desde otra perspectiva. 

Sanctuary se apoya en ilustraciones en forma de collage, que construyen los escenarios, y en mecánicas inspiradas en los videojuegos —como los inventarios y las opciones de diálogo interactivo— para explorar los efectos de la causalidad y las huellas que dejan nuestras decisiones. El movimiento debe hacerse mejor con el teclado, las teclas QWES, porque con el ratón el escenario 3D se mueve tan rápido que se pierde rápidamente la perspectiva. A medida que avanzamos por los collages 3D van apareciendo, abajo, en una ventana inferior, textos y pensamientos.

La narrativa teje con fluidez la repetición de recuerdos y la revisión de elecciones, permitiendo al usuario moldear activamente su propia versión del pasado mediante las dinámicas del juego.

Las animaciones son minimalistas pero se desarrollan en varios planos, dando sensación de profundidad.

Puede leerse desde este enlace.







8/5/25

Images du temps présent #9 : Ce moment de la rencontre

 


Images du temps présent #9 : Ce moment de la rencontre, es un video poema que combina imágenes del mar con el siguiente texto vocalizado:

On n’a rien trouvé de mieux pour l’instant. Je ne sens pas la présence du fantôme. Cette transaction impalpable du secret. La route serait longue et semée d’embûches. Toute reconstitution implique quelque chose que l’on gagne et quelque chose que l’on perd. Avec un seul mot d’ordre, ne pas la perdre. Dans les particules de poussière. Il y a un tressaillement, l’ombre d’une crainte, une méfiance irraisonnée. À la fin, il s’agirait de savoir quel est ce spectre qui nous hante ? Tout ce qu’on fait, tout ce qu’on défait. Tout ce qu’on laisse défaire. J’espère au moins dans le clair-obscur. Sinon, dans l’obscurité. Le silence et le murmure des alizés dans les branches. C’est sans doute ici l’intersection du temps avec le temps lui-même. Vous vous doutez bien qu’aucun détail n’a été négligé. Ce n’était plus que dans les profondeurs qu’il paraissait battre avec sa cadence de toujours. C’était hier, c’était si réel, et ça semble aujourd’hui si loin, tellement irréel. Ce moment de la rencontre où la curiosité l’emporte sur la peur. Mais j’avais assez peur de l’intérieur pour oser affronter l’extérieur. Il faudrait un mot pour ça, genre entre traverser et transpercer, pour dire “te rendre transparent” à mesure de passer en toi. Il suffisait de trouver les bons mots. Il y avait comme un parfum d’adieu. Une limite avec le monde extérieur, protectrice et joyeuse jusqu’à l’excès. Mais quelque chose est en train de changer. On a peur comme on respire, comme on vit. Il y a un monde caché du monde. Comme s’il n’y avait pas à regarder hors de soi pour laisser faire le temps. Mais chaque chose en son temps. Parmi toutes ces ombres, il y en a une étrange, mouvante, inaccoutumée. Imaginer nager jusque là-bas. Avant de plonger dans une étendue d’eau remuante qui absorbait tout l’espace, réduisant le ciel à une simple ligne. Dans ce précipice humide. On s’arrache à une chose et on les emporte toutes avec soi.

La música es de Fabien Touchard.




6/5/25

La IA en contextos educativos, literarios y lectores

 


El Centro de Estudios Literarios Iberoamericanos Mario Benedetti (CeMaB) de la Universidad de Alicante ha organizado el ciclo de talleres de divulgación “La IA en contextos educativos, literarios y lectores”, en colaboración con el Departamento de Innovación y Formación Didáctica. Esta iniciativa, bajo la coordinación de los profesores Mónica Ruiz e Ignacio Ballester (UA), busca explorar las aplicaciones de la inteligencia artificial en ámbitos educativos y literarios.

El ciclo dará comienzo mañana, 7 de mayo, a las 10:00 horas, en las instalaciones del CeMaB (Facultad de Filosofía y Letras III, campus universitario), con una sesión inaugural a cargo de Beatriz Aracil, directora del CeMaB, y José Carlos Rovira, profesor emérito de la UA.

El programa incluye tres talleres:

“Veinte bots de amor y un skynet desesperado: ideas para la educación literarIA”, impartido por el profesor José Rovira Collado, el 7 de mayo.

“Didáctica literarIA en la formación inicial del profesorado”, a cargo de José Hernández Ortega (Universidad Complutense de Madrid), el 12 de mayo.

“IA, robótica y educación: diseñando el aula del futuro con Pepper”, dirigido por las profesoras Rosabel Martínez Roig y Coppelia Mateo Guillén, el 14 de mayo.

Este ciclo busca acercar al público académico y docente las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial en la enseñanza, la creación literaria y la experiencia lectora.

Más información en este enlace.


4/5/25

Emociones artificiales

 


Emociones artificiales, de Milton Läufer, es  un poema generativo y combinatorio en el que la máquina digital nos interpela con ironía, atrapada en un bucle algorítmico que expone su inevitable separación de lo humano. 

Las “emociones artificiales” que ahí se manifiestan no pueden equipararse a las emociones humanas, pues son simulaciones, no vivencias. Mientras asistimos al discurso de la máquina, expresado en un lenguaje natural que parece acercarse al ámbito humano, un recuadro inferior nos revela el código artificial que hace posible esa formulación. Así, en la superposición de ambos planos —el de la lectura humana y el del funcionamiento algorítmico—, se dibuja con mayor claridad tanto la convergencia como la fractura que existe entre estos dos universos de lenguaje.

El resultado es, en realidad, un guirigay pero que experimenta sobre la combinatoria de lenguaje con u código, visualizado, simple.

Puede accederse desde este enlace.






2/5/25

Ymáquina: talleres de literatura electrónica

 



El ciclo de talleres propuesto por Ymáquina ha organizado 4 talleres sobre creación de literatura electrónica. Promueven la exploración de técnicas, metodologías y teoría crítica en torno a la creación textual en ambientes digitales en castellano.

Los cuatro talleres previstos son:

* 10 de mayo — Diego Trujillo Pisanty | Reclamar la máquina
¿Cómo desarrollar nuestras propias redes neuronales artificiales para proyectos creativos?

* 17 de mayo — Leonardo Flores | Programación de literatura electrónica con IA
¿Cómo utilizar Chat GPT (u otro generador de código basado en IA de su elección) para generar código válido en HTML, CSS y JavaScript, y a usar un editor de código?

* 24 de mayo — Jaime Alejandro Rodríguez | Potenciar el ejercicio con IA
¿Cómo puede la inteligencia artificial generativa enriquecer mi práctica literaria sin reemplazar mi voz como autor/a?

* 31 de mayo — Presentación de proyectos y retroalimentación colectiva

Más información en este enlace.