9/3/24

AI Story generator

 


Si bien, los grandes sistemas de lenguaje generativo pueden escribir también texto más o menos inspirado (más bien, menos que más) y disponen de una alta potencia computacional, existen sistemas más pequeños que dan resultados muy razonables. Así, AI Story Generator que es una aplicación basada en el plug-in AI  Text que, a su vez, está basado en Llama

AI Story Generator, desarrollado por la plataforma Perchance,  demanda una idea o una petición al inicio y permite generar texto de párrafo en párrafo o de más longitud. Si un párrafo generado no es correcto puede borrarse y continuar desde el anterior.

También permite cambiar el rumbo de la historia introduciendo instrucciones intermedias tras un párrafo.

Como todos estos sistemas generativos de texto, el resultado sintáctico es generalmente bueno pero las historias tienden a no ir a ningún sitio o a finales banales. 

Funciona en inglés.

Una prueba, solicitando al sistema que genere una historia escrita con el estilo de Faulkner:


Pregunta: A story of a night conversation bewteen two strangers, man and woman, in the style of Faulkner

Resultado:

The night was still, as if the world had taken a deep breath and was holding it in anticipation of something truly miraculous. The sky, painted in hues of indigo and violet, stretched on forever, merging seamlessly with the horizon where the stars twinkled like tiny, distant candles. A lone figure sat on a park bench, their back to the world, their gaze fixed on the dancing flames of a makeshift campfire. They wore a worn leather jacket, the frayed edges flapping gently in the night breeze, revealing a well-worn denim shirt beneath. The man's face was etched with lines of weariness and sorrow, as if he carried the weight of the world upon his shoulders. His hands, calloused and rough from a lifetime of labor, clasped and unclasped restlessly in his lap.

The woman, sitting next to him, was a study in contrast. Her long, flowing dress, white as snow, billowed around her in the gentle breeze, appearing almost ethereal against the backdrop of the night. Her face, delicate and lovely, was framed by a cascade of dark curls that tumbled down her back. She leaned forward, elbows resting on her knees, as if she was about to speak, but hesitated, unsure of what words to choose. The fire crackled and popped, casting dancing shadows across their faces, making their features appear and disappear in a mesmerizing pattern. The air between them was charged, thick with an unspoken tension and a sense of longing for something more.

The man turned his head slightly, catching the woman's eye. Despite the weariness that hung heavily in his gaze, there was something in his expression that betrayed a glimmer of hope, of possibility. He opened his mouth to speak, but no words came out. Instead, he cleared his throat, struggling to find the right thing to say. The silence stretched on for what felt like an eternity, each breath they took seeming to echo through the night.

Finally, the woman spoke, her voice soft and gentle, like the touch of a feather on the skin. "You've been sitting here for hours, watching the fire. Do you mind if I join you?" Her words were tentative, almost shy, as if she was afraid that she might be intruding on something private. The man shifted slightly on the bench, making room for her, and she settled herself closer to his side. The warmth of her body, the scent of her perfume, filled the space between them, making it hard for either of them to imagine being anywhere else.

He turned his head, meeting her gaze once more, and for a moment, they locked eyes, neither one of them willing to look away. In that instant, it felt as if the world around them had ceased to exist, as if there was nothing else that mattered. The man took a deep breath, his chest rising and falling with the effort, and then he let it out slowly, as if he were releasing some great burden. "It's not often I find myself in a situation like this," he said, his voice barely audible over the crackling of the fire. "I'm usually alone, just trying to get by, you know?"

The woman nodded, understanding all too well what he meant. She reached out, placing her hand lightly on his arm, feeling the warmth of his skin through the leather of his jacket. "We all have our own paths, I suppose," she said, her voice steady despite the weight of her words. "But sometimes, just for a moment, it's nice to share them with someone else." Her gaze drifted back to the fire, and she smiled softly to herself, remembering another night, long ago, when she had felt this way before.

The man smiled back, his lips curling up ever so slightly, revealing a hint of the boyish charm that had once made women's hearts flutter. "Yes," he said, his voice barely more than a whisper. "Yes, it is." And in that moment, as they sat there together, watching the fire dance and listening to the sounds of the night, they knew that something profound had just happened. They had found a connection, however brief and fleeting, that had illuminated the darkness in their souls and given them hope for a brighter tomorrow. 

Una traducción aproximada de los cuatro primeros párrafos:

La noche estaba en calma, como si el mundo hubiera respirado hondo y aguantara la respiración en espera de algo verdaderamente milagroso. El cielo, pintado en tonos añil y violeta, se extendía eternamente, fundiéndose a la perfección con el horizonte, donde las estrellas titilaban como pequeñas velas lejanas. Una figura solitaria estaba sentada en un banco del parque, de espaldas al mundo, con la mirada fija en las llamas que danzaban en una hoguera improvisada. Llevaba una chaqueta de cuero desgastada, cuyos bordes deshilachados ondeaban suavemente con la brisa nocturna, dejando ver debajo una camisa vaquera muy usada. El rostro del hombre tenía líneas de cansancio y tristeza, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros. Sus manos, callosas y ásperas por toda una vida de trabajo, se agarraban y se separaban inquietas en su regazo.

La mujer sentada a su lado era un cuadro de contraste. Su largo y vaporoso vestido, blanco como la nieve, ondeaba a su alrededor con la suave brisa, pareciendo casi etéreo sobre el fondo de la noche. Su rostro, delicado y encantador, estaba enmarcado por una cascada de rizos oscuros que caían por su espalda. Se inclinó hacia delante, con los codos apoyados en las rodillas, como si estuviera a punto de hablar, pero dudó, insegura de qué palabras elegir. El fuego crepitaba y chisporroteaba, proyectando sombras danzantes sobre sus rostros, haciendo que sus rasgos aparecieran y desaparecieran siguiendo un patrón hipnotizador. El aire entre ellos estaba cargado de una tensión tácita y una sensación de anhelo de algo más. 

El hombre giró ligeramente la cabeza, fijándose en los ojos de la mujer. A pesar del cansancio que flotaba en su mirada, había algo en su expresión que delataba un atisbo de esperanza, de posibilidad. Abrió la boca para hablar, pero no le salieron palabras. Se aclaró la garganta, tratando de encontrar la palabra adecuada. El silencio se prolongó durante lo que pareció una eternidad, cada respiración parecía resonar en la noche.

Finalmente, la mujer habló, con voz suave y dulce, como el roce de una pluma sobre la piel. "Llevas horas aquí sentado, mirando el fuego. ¿Te importa si me uno a ti? Sus palabras eran vacilantes, casi tímidas, como si temiera inmiscuirse en algo privado. El hombre se movió ligeramente en el banco, haciéndole sitio, y ella se acomodó más cerca de él. El calor de su cuerpo, el aroma de su perfume, llenaban el espacio que había entre ellos, y a ninguno de los dos le resultaba fácil imaginarse en otro lugar.

Ciertamente, como generador de texto, sintácticamente correcto, el resultado es notable. Otra cosa, es la emoción literaria. 

Cambiando la pregunta, por ejemplo pidiendo la imitación del estilo de otro escritor, el resultado es similar dando la impresión de que el sistema "entiende" sólo el corazón de la pregunta, sin los detalles.

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